Son los portadores de la nostalgia los que al mejor estilo de antaño nos traen jornadas memorables realizadas al son de las melodías y voces del ayer, son los herederos del talento celosamente guardado en piezas de antología. Su historia parece haber comenzado con las primeras rumbas de la ciudad.
En sus anaqueles reposan décadas de vivencias acumuladas en los ya descontinuados que como los melomanos y coleccionistas se niegan al olvido de las nuevas generaciones.
En una carpa de cuatro por cuatro debajo de palo mango en el parque panamericano que acomodo diez salsotecas y dos djs, cambio su historia y la partío en dos con el primer encuentro que se realizó como programa de la Feria de Cali.
Ya todos están listos con su preciado tesoro de melodías vestidas de acetato para cumplir una cita que acoge a un numero cada vez mayor de seguidores del bolero, el mambo, el danzón que hoy al igual que antaño los convierte en protagonistas de la rumba y la alegría.