Durante muchos años la cabalgata fue el evento de apertura en la feria de Cali, pero desde el 2008 el ambiente de feria cambio y aunque las críticas no se hicieron esperar, al mejor estilo de Rio de Janeiro con el Sambódromo, Cali desde ese año tiene un espacio para el desfile de su mayor atractivo cultural: la Salsa.
El salsodromo, un recorrido de kilómetro y medio con más de mil bailarines vestidos de brillo y color formados en las escuelas de salsa de Cali, bailan por las calles mostrando su talento cargado de acrobacias, con un vigor y una fuerza arrolladora que sale por sus poros una vez están en el asfalto.
Las horas interminables de ensayos y bailes durante todo el año, este día quedan en el olvido, cada uno está dispuesto a entregarlo todo con tal de obtener como respuesta el goce y la alegría de los asistentes a esta fiesta.
Al son de la salsa y el chachacha cada participante contagia a propios y turistas con su ritmo, transmitiendo la conexión que ellos logran entre el oído y la música, reflejándose en el movimiento enloquecido de sus pies.
Contar en el desfile con la presencia de más de 200 bailadores, aquellos melómanos que llevan en la sangre la salsa y cada fin de semana prenden las viejotecas caleñas, recrean épocas de los 70 donde los zapatos blancos, camisas guayaberas y el bogaloo hacían las delicias de los clubes sociales al ritmo de pachanga, guaracha y bolero.
25 de diciembre un día donde la ciudad cautiva y encanta porque está celebrando su tradicional feria, con un espectáculo donde también brillan los más pequeños, niños que expresan sus emociones en un lenguaje no verbal y que cuya pasión salsera permanece en su espíritu.
5 horas de recorrido, donde se vive una descarga salsera, aquel lenguaje de los caleños que logra alterar los sentidos de quienes lo gozan.
Mañana con una boletería agotada, el reto será mostrar un show lleno de luces, brillo y magia, que marque el paso al son de la clave y reafirme una vez más porque Cali es la capital de la salsa.