Con el aislamiento, se ha reducido el “ruido sísmico” en la Tierra

La aislamiento mundial que ha generado la pandemia del coronavirus ha constribuído en varios factores a la Tierra. Unos cambios sin precedentes, en los últimos años. La calidad del aire se ha restablecido al bajar en grandes cantidades los niveles de contaminación en numerosas partes del mundo. Los animales han salido de sus escondite, acaparando las ciudades. Y las fotos satelitales señalan que numerosos sectores desérticos empiezan a verse poblados y verdes de nuevo, como no se apreciaba desde hacía veinte años.

Uno de los elementos que se ha destacado en la última semana es que, además de la contaminación, también ha habido una reducción en los propios movimientos de la Tierra. Al reducir la actividad humana, se reducen las vibraciones del planeta. De ese modo los detectores sísmicos pueden percibir movimientos sísmicos y actividad volcánicas más pequeños que, antes, pasaban desapercibidos.

El fenómeno fue registrado por Thomas Lecocq, sismólogo del Observatorio Real de Bélgica, quien se percató que desde hacía tres semanas aproximadamente en los informes la vibración estaba apaciguada. Todo el mundo estaba en casa y las estaciones sísmicas percibían la diferencia.

Para Lecocq, los resultados de sus mediciones son una muestra de la buena voluntad de las personas de quedarse en sus hogares y acatar el confinamiento.

Colegas de lugares como Zúrich, París, Londres, Los Ángeles, y países como Chile, Japón, Italia y Costa Rica han manifestado percibir el mismo fenómeno.

   

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