Crece la incertidumbre en los universitarios por no saber si matricular este semestre

Este mes será el de las definiciones de los estudiantes universitarios que aún no deciden si matricularse o no, debido a los cambios que está sufriendo la educación por la pandemia del coronavirus.

En junio, cuando finalice el periodo de matrículas, se sabrá la cifra de deserción exacta, pero desde ya la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun) calcula que ésta podría llegar a un 25 por ciento, una caída que en realidad venía desde 2016, tanto en el sector privado como en el oficial, con una tasa promedio de 7 y 5 por ciento respectivamente.

Hasta hace unos días seguía siendo incierto también cómo iba a ser la educación universitaria en el segundo semestre del año.

El 23 de mayo, el presidente Iván Duque anunció que en las instituciones de educación superior podrán retornar presencialmente los laboratorios desde junio y julio, y que desde agosto reanudarán actividades usando un modelo de alternancia entre clases presenciales y virtuales.

En la práctica, esto está lejos de despejar las incertidumbres sobre cómo se desarrollará todo, pues aún no es clara la concreción de la alternancia y cuáles clases y procesos serán presenciales y cuáles no.

Para muchos estudiantes hay un dilema obvio frente a si pagar o no semestres, que en el caso de algunas privadas equivalen a millones de pesos cancelados tras grandes esfuerzos, por clases que en gran parte seguirán recibiendo virtualmente.

Hasta ahora el debate se ha centrado mucho ahí, con estudiantes que cuestionan o se quejan, y universidades que están respondiendo con algunos descuentos o alternativas de pago.

Pero ahí no acaba. Más allá de la plata de la matrícula, estudiantes y familias también debaten asuntos como si deben tomar clases presenciales en ciudades con el contagio disparado, terminar la carrera así para entrar pronto al mercado laboral o estudiar y trabajar para ayudar a enfrentar la crisis económica familiar.

 

   

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