A pocos minutos de iniciar el partido ya se sentía el ambiente mundialista en la casa de Adrián Ramos, su familia, vecinos y amigos animaban con porras lo que sería la fiesta, un momento de solemnidad para el himno nacional encabezado por su abuelo.
Pasaba el primer tiempo y se mantenía el ambiente, llegó el primer gol y la emoción estallo en la familia ramos, con el gol de japón algunas caras largas pero el ánimo arriba.
Llegó el segundo gol de Colombia y el júbilo estalló, el tercero la emoción era casi de no creer el estallido de esta familia y sus vecinos se trasladaba a las calles, el hijo amado de Villa Rica aunque no anotaba los goles su gente estaba orgullosa, de ver al pequeño Ramos que desde los 8 años correteaba en las calles empolvadas de este municipio.
Las calles de Villa Rica gozaron con los cuatro goles de la Selección Colombia, caravanas y celebraciones en cada esquina fue lo que se vivió en la tierra de Adrián Ramos.