Una comunidad entera de los indígenas Emberá Catío está viviendo en Cali en difíciles condiciones a la espera que las condiciones de paz de su región, de donde llegaron desplazados, les permita volver.
Son aproximadamente 200 indígenas, entre hombres, mujeres y niños, quienes conforman 40 familias y que desde hace dos años llegaron a Cali de Pueblo Rico Risaralda, según ellos, huyéndole a las amenazas de la guerra.
Desde mayo de 2012 han vivido hacinados en un centro de paso del deprimido barrio El Calvario de Cali.
Aunque la Alcaldía de Cali y la Personería Municipal le han brindado apoyo, consideran que están en malas condiciones.
Casi que viviendo de la caridad, ahora quieren volver a su tierra, de donde salieron por la violencia, pues las condiciones de la ciudad son de inclementes.