Interminables filas, desorden, tramitadores y congestión, son algunas de las quejas de los usuarios a la hora de tramitar su documento de identidad , convirtiéndose en toda una aventura para muchos que aseguran que el dicho “al que madruga dios le ayuda” aquí no cabe:
A la problemática se le suma la inconformidad e impotencia de algunos con la venta de puestos, los que primeros en llegar ven como se multiplica la fila, sin poder avanzar:
Situación similar se da en la Gobernación, donde a pesar de las soluciones para adecuar las instalaciones, se vive lo mismo.
La mayoría de los usuarios coinciden en que si hubiera orden y los medios tecnológicos pertinentes, todo sería diferente, mientras tanto siguen a la espera de las adecuaciones que hará la Gobernación para sacar el pasaporte y otros preparándose toda una semana para que se les haga el milagrito de poder sacar con éxito su cédula.
